¿Qué es un espejismo?
Los espejismos son ilusiones ópticas producidas por la refracción de la luz debido a diferentes densidades del aire provocadas por el calor ya que aunque no lo apreciamos el aire puede tener distintas densidades y afectar de manera diferente al desplazamiento de la luz.Por lo que un espejismo es un efecto óptico totalmente real, no es un producto de nuestra imaginación debido al cansancio u otros factores físicos y mentales de nuestro cuerpo. Además de todo esto una de las cosas más interesantes es que este efecto aparecerá en la foto que hemos tomado e incluso grabado.
Para los que todavía duden de que podemos grabar o sacar una foto de un espejismo, uno de los ejemplos más esclarecedores es la típica imagen de película en la que podemos ver a un hombre andando por una carretera sin fin y sobre la que parece haber una capa de agua que nunca llegará a pisar, éste es otro ejemplo más de la refracción de la luz debido a altas temperaturas.
Otra característica de los espejismos es que no solo se producen cuando la temperatura es muy alta, también se pueden producir cuando ésta es muy baja.
Uno de los espejismos más famosos ocurrió en Alaska hacia el año 1897. Un grupo de exploradores dirigidos por el Duque de los Abruzos vieron una ciudad por encima de un glaciar durante su expedición por el monte San Elías. Después uno de ellos afirmó haber visto perfectamente casas, calles y árboles. Algunas personas creen que los exploradores vieron la ciudad de Bristol situada a unos 4.000 Km de distancia.
Para terminar bien esta pequeña historia, vamos a darle un final digno de película de Hollywood.
Han pasado horas desde que nos caímos, toda esperanza está perdida. En ese momento nos inundan pensamientos sobre los que reflexionar. Pensamos en lo que nos quedaba por hacer en la vida, en acciones anteriores que nos gustaría arreglar, en todo lo que podríamos haber sido...
Ya en con nuestros últimas fuerzas intentamos seguir y vemos como la silueta de unos camellos en el horizonte. Gritamos e intentamos hacer señas sin saber si podía ser otro espejismo. Finalmente caemos al suelo ahogando nuestro último aliento.
Ya por la noche nos despertamos pesadamente en el interior de una tienda de beduinos. No nos podemos comunicar pero le enseñamos una foto de la ciudad en la que nos alojábamos y del hotel, uno de ellos asiente pareciendo conocer el lugar. Nos dejan descansar algo más y nos llevan de vuelta.
Durante el viaje pensamos que si no hubiéramos visto aquel espejismo el cual creíamos que nos había condenado, no habríamos llegado hasta una de las rutas comerciales de los beduinos.